El camino del tao

(Lao Tse)  

     Cuando los hombres conocen que la bondad es buena, entonces saben que la maldad existe.

Cuando los hombres conocen que la belleza es bella, entonces saben que la fealdad existe.

Así, Ser y no-ser se engendran el uno al otro,

difícil y fácil se complementan el uno al otro,

largo y corto son relativos el uno al otro,  

alto y bajo se acompañan el uno al otro,

sonido y tono se armonizan el uno al otro,

antes y después se suceden el uno al otro.

 

No alabando al ilustre se mantiene el hombre

alejado de la rivalidad;

No estimando lo valioso se mantiene el hombre

alejado de la codicia;

No mostrando lo deseable se mantiene el hombre

alejado de la confusión.

¿Puedes hacer que el cuerpo y el espíritu se armonicen y no puedan desligarse?

¿Puedes hacer que tu respiración sea fresca y tierna

como la de un niño?

¿Puedes beneficiar a los hombres

obrando por medio de la no-acción?

Comprendiendo estas cosas,

¿Puedes permanecer como si no entendieses nada?

 

Quien está sobre la punta de los pies no guarda equilibrio,

quien alarga sus pasos no llega lejos,

quien se muestra a sí mismo no llega a ser luminoso,

quien se aprueba a sí mismo no encuentra mérito,

quien se jacta de sí mismo no encuentra reconocimiento,

quien se vanagloria de sí mismo no alcanza el triunfo.

 

Quien conoce a los otros es ilustrado,

quien se conoce a sí mismo posee sabiduría.

El que conquista a los otros tiene músculos fuertes,

el que se conquista a sí mismo es poderoso.

Quien sabe contentarse tiene riqueza,

quien obra firme en su propósito tiene carácter.

 

¿Qué amas más: la fama o tu persona?

¿Qué amas más: tu persona o tus riquezas?

¿Qué te hace más desdichado: ganar o perder?

El que desea demasiado, demasiado consume;

aquel que atesora, más pierde.

El hombre que se contenta no padece desgracias;

el hombre que sabe detenerse evita el peligro.

 

Cuantas más leyes y prohibiciones haya en el mundo,

más pobre y mísero será el pueblo.

Cuantas más armas tenga el imperio,

más desorden y confusión habrá en el pueblo.

Cuantas más artes e industrias tenga el pueblo,

más cosas inservibles e inútiles habrá.

Cuantas más ordenes y leyes dicten los gobiernos,

más ladrones y salteadores habrá.

Que cada cosa siga su curso natural,

no busques los extremos:

una espada continuamente afilada no dura mucho tiempo,

una sala llena de oro y jade es difícil de guardar,

opulencia y poder conducen a la soberbia,

y de esto nace la ruina.

 

Considera agradable de sabor lo insípido,

estima grandes las cosas pequeñas,

encuentra lo mucho en medio de lo poco,

corresponde al odio con la virtud,

trata con lo difícil mientras aún es fácil,

trata con lo grande mientras aún es pequeño.

Todas las cosas del mundo considéralas como las más grandes

mientras todavía permanezcan pequeñas.

 

Lo pesado es la raíz de lo ligero,

la quietud domina al movimiento.

Lo blando y lo frágil a lo duro y a lo fuerte,

lo que no tiene forma penetra en lo impenetrable.

El movimiento vence al frío,

la quietud vence al calor.

Cuanto más nos alejamos, menos avanzamos,

cuanto más actuamos menos hacemos.

No hay peor mal que perseguir deseos insensatos,

no hay peor mal que no saber contentarse,

no hay peor mal que entregarse a la codicia.

 

El hombre que vive deprisa muere antes.

El hombre de conocimiento produce, pero no posee,

produce, pero no se apropia.

Dirige las cosas, pero sin buscar su dominio.

Cuando se han logrado no las reclama,

no reclamándolas no las pierde.  

 

 

                           Desiderata

(Inscripción fechada en 1692, encontrada en una tumba de la vieja iglesia de San Pablo, en Baltimore).

 

Vive plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que la paz puede estar en el silencio.

Sin renunciar a ti mismo, esfuérzate por ser amigo de todos.

Di tu verdad, quietamente, claramente. Pero escucha a los otros, aunque sean torpes e ignorantes: cada uno de ellos tiene también una vida que contar.

Evita a los ruidosos y agresivos, porque ellos denigran el espíritu.

Si te comparas con los otros puedes convertirte en un hombre vano y amargado: siempre habrá cerca de ti alguien mejor o peor que tú.

Alégrate tanto de tus éxitos como de tus proyectos.

Ama tu trabajo, aunque sea humilde: es el tesoro de tu vida.

Sé prudente en los negocios, porque en el mundo abundan las gentes sin escrúpulos. Pero que esta convicción

no te impida conocer la virtud: hay muchas personas que luchan por hermosos ideales, y por todas partes la vida está llena de heroísmo.

  Sé tú mismo. Sobre todo, no pretendas disimular tus inclinaciones.

No seas cínico en el amor, porque cuando aparece la aridez y el desencanto en el rostro, se convierte en algo tan perenne como la hierba.

Acepta con serenidad el consejo de los años y renuncia sin reservas a los dones de la juventud.

Fortalece tu espíritu, para que no te destruyan inesperadas desgracias. Pero no te crees falsos infortunios. Muchas veces, el miedo es producto de la fatiga y la soledad.

Sin olvidar una justa disciplina, sé benigno contigo mismo.

No eres más que una criatura en el universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a estar aquí.

Y, si no tienes ninguna duda, el mundo se desplegará ante ti.

Vive en paz con Dios, no importa cómo lo imagines.

Sin olvidar tus trabajos y aspiraciones, mantente en paz con tu alma: pese a la ruidosa confusión de la vida, pese a tus falsedades, penosas luchas y sueños arruinados, la tierra sigue siendo hermosa.

    Sé cuidadoso.

    Lucha por ser feliz. 

 

El día                                                                

Hoy, en cualquier situación que se me presente,

tomaré la decisión de tener como objetivo la paz interior.

Por muchas que sean mis ocupaciones, procuraré

permanecer en calma por un instante.

 

Hoy formularé el deseo de perdonar totalmente

a cualquier persona contra la que aún siento rencor.

 

Hoy, haga lo que haga, por muchos que sean mis errores,

no olvidaré nunca perdonarme a mí mismo.

 

Hoy, por muchos que sean mis problemas tendré presente

que ayudar a los demás es la mejor forma de olvidarme de mí mismo.

Hoy recordaré continuamente que nada puede herirme

a no ser que yo le dé el poder para hacerlo.

 

Hoy procuraré no olvidar que no es la gente ni los hechos

lo que me alteran, sino mis propios pensamientos.

 

Hoy, suceda lo que suceda en el mundo exterior,

elegiré siempre tener paz en mi corazón y mi mente.

 

La traición

(Khalil Gibran)

 

Siete veces he despreciado a mi alma:

La primera vez, cuando la vi desfalleciente y debía llegar a las alturas.

La segunda vez, cuando la vi saltar ante un inválido.

La tercera vez, cuando le dieron a elegir entre lo arduo y lo fácil y escogió lo fácil.

La cuarta vez, cuando cometió una falta y se consoló pensando que los demás también cometen faltas.

La quinta vez, cuando se abstuvo por debilidad y atribuyó su paciencia a la fortaleza.

La sexta vez, cuando despreció un rostro feo, sin saber que tal rostro era una de sus propias máscaras.

Y la séptima vez, cuando entonó un canto de alabanza y lo consideró una virtud.

 

Con amor

La justicia con Amor te hace justo, sin Amor te hace duro.
La amabilidad con Amor te hace amable, sin Amor te hace hipócrita.
La inteligencia con Amor sirve a la razón, sin Amor te hace cruel.
La agudeza con Amor te hace capaz de adquirir la verdad, sin Amor te hace agresivo.
La autoridad con Amor te hace guía y protector, sin Amor te hace déspota.
La amistad con Amor te hace generoso, sin Amor te hace interesado.
 La alegría con Amor te ayuda a ver a Dios en todo, sin Amor te hace un bufón.
La libertad con Amor te hace capaz del mayor bien, sin Amor te hace un abusador.
Tus éxitos con Amor te hacen crecer, sin Amor te hacen orgulloso.
Tus enseñanzas con Amor te hacen maestro, sin Amor te hacen arrogante.
LA VIDA CON AMOR, LO ES TODO; SIN AMOR, NO VALE NADA.

Vuelve a empezar  

Aunque sientas el cansancio,

aunque el triunfo te abandone,

aunque un error te lastime,

aunque un negocio se quiebre,

aunque una traición te hiera,

aunque el dolor queme tus ojos,

aunque ignoren tus esfuerzos,

aunque la ingratitud sea la paga,

aunque la incomprensión corte tu risa,

aunque todo parezca nada...,

vuelve a empezar...

   

Todo es posible

 

Si alguna vez ha habido un tiempo y un lugar

para el atrevimiento,

para marcar la diferencia,

para embarcarse en algo que vale la pena,

ese momento es ahora.

 

No necesariamente por una gran causa,

sino por algo que tira de ti

que tiene que ver con tus aspiraciones

y con tus sueños.

 

Porque te lo debes a ti mismo.

Porque vale la pena.

Diviértete.

Ahonda en ti mismo.

Y encuéntralo.

Sueña. Sueña a tope.

 

Y no olvides que aunque valga la pena

las cosas no suelen ser fáciles.

Hay días buenos.

Y también los hay malos.

Momentos en los que te gustaría

darte la vuelta y empaquetarlo todo...

Y otra vez será.

 

Pero no te engañes:

Estos momentos te están diciendo

que te esfuerces y que lo intentes

porque no te asusta aprender intentándolo.

Persiste:

Porque con una idea,

determinación

y las herramientas apropiadas

puedes hacer grandes cosas.

Deja que tu conciencia,

tu inteligencia

y tu corazón

te guíen.

 

Y confía.

Confía en el increíble poder de la mente humana.

Para hacer cosas excepcionales.

Para trabajar duro.

Para reír y soñar.

Para afrontar todo lo que este año

va a cruzarse en tu camino.

 

El nacimiento de algo nuevo.

Todo es posible...

Si te empeñas en dar lo mejor de ti mismo.

 

  No te detengas

No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.

No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar.

No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada de Dios.

No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación, sino en cada paso que puedes dar para ser lo que Dios quiere que seas.

No confíes en tus propias fuerzas; pon tu vida en manos de Dios.

 No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.

 Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.

 Sólo contempla la meta y no veas que es difícil alcanzarla.

 Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.

 No sufras por lo que viene, recuerda que "cada día tiene su propio afán" (Mt. 6,34).

 Busca alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella.

 No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella.

 Si algún día te sientes cansado, busca el descanso en Dios que renovará tus fuerzas.

Si algún día te sientes demasiado responsable de otros, recuerda que sólo Jesús es el Mesías.

Si te sientes atado a alguien, pídele a Jesús que rompa las ataduras y que su amor vuelva a crear lazos nuevos de amor según su Espíritu.

Si reaccionas ante toda provocación, ruega a Dios para que te enseñe a responder en lugar de reaccionar.

Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.

Si necesitas tener todo bajo control, entrega el control de tu vida a Dios y confía en su poder y en su amor por ti.

Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso; ¡eres un hijo de Dios!

Piensa que Él está más interesado que tú en que te conviertas en esa creación que Él pensó desde toda la eternidad.

Vivir Sirviendo, Vivir Amando. Que este sea el mejor día de tu vida.

 

 Volver