ÍNDICE
DE LA PÁGINA
Capítulo II PROGRAMACIÓN
DE LA EXPERIENCIA
1.- OBJETIVOS
—Reducir los niveles de stress en el aula, tanto de enseñantes
como de alumnos.
—Desarrollar en los alumnos una serie de capacidades y destrezas
básicas necesarias para un mayor rendimiento escolar: atención, observación,
percepción, imaginación, concentración, memoria, etc.
—Potenciar en el aula el desarrollo de actitudes y valores
positivos que ayuden a un mejoramiento de la conducta y la disciplina,
previniendo así las conductas antisociales.
—Fomentar el cultivo de las dimensiones internas de la
personalidad, en base a una iniciación a la vida interior.
—Entrenar a los alumnos en la adquisición de técnicas de
desarrollo mental que les permitan un mejor autoconocimiento, una mayor
estabilidad emocional, y una actitud más positiva hacia la educación y la
vida. 2.-
ACTIVIDADES
Exponemos a continuación un inventario no exhaustivo de algunos
ejercicios prácticos desarrollados en el aula, divididos en dos apartados:
ejercicios en el nivel físico, y ejercicios en el nivel mental. A).-
EJERCICIOS DE RELAJACIÓN FÍSICA v
ejercicios preliminares: -
Viéndome desde fuera -
Nombrando mi cuerpo -
Blando-duro
-
Movilidad-inmovilidad -
¿Cómo estoy ahora mismo? -
Viendo la clase -
Haciendo silencio -
La sonrisa interior v
método analítico de Jakobson -
Toma de conciencia segmentaria
sin desplazamientos -
Toma de conciencia segmentaria
con desplazamientos -
Toma de conciencia segmentaria
sin contracción -
Toma de conciencia segmentaria
con contracción -
Método analítico: cabeza,
tronco y extremidades -
Método analítico globalizado -
Método analítico abreviado v
Método global - Método
global programado para 12 semanas v
Método perceptivo-sensorial -
Toma de conciencia general -
Toma de conciencia de un órgano
-
Toma de conciencia de la
respiración -
Los latidos del corazón -
Dentro-fuera v
Ejercicios con la respiración -
Ejercicios de toma de conciencia
-
Respiraciones con gestos
corporales -
Respiraciones rítmicas -
Visualizando la respiración
v
Ejercicios con sonidos -
Audición de un sonido -
Sonidos
secuenciados -
Sonidos ritmados -
Sonidos no secuenciales -
Ambientes sonoros
-
Memoria auditiva -
El foco -
Los contrastes sonoros -
Imaginación con sonidos -
Audición de sonidos espontáneos
-
Audición del silencio -
Percepción del acto de escuchar
-
Sonidos interiores B).- EJERCICIOS DE RELAJACIÓN MENTAL v
Ejercicios de observación -
Observación de objetos -
Observación de escenarios v
Ejercicios de visualización -
Visualización de colores -
Visualizar colores de una escena
-
Visualización de sensaciones -
Visualización guiada de objetos
-
Visualización por el método de
preguntas -
Dialogando
con los objetos -
Visualizar objetos: la roca, el
mar, la escalera, el reloj, la pantalla blanca -
Visualización de escenas: el
despertar, el día de trabajo, los compañeros, la clase, el sendero en la montaña.
v
Ejercicios de imaginación
-
Fantasías creativas:
identificación con objetos, viajes imaginarios, escenas imaginarias, creación
del santuario. -
Fantasías simbólicas.
3.- METODOLOGÍA 1.-
LAS SESIONES:
Nuestra práctica
seguirá estos dos modelos básicos de sesión: a).-
Sesión larga:
Su duración
media viene a ser de unos 15 a 20 minutos, y está dedicada al aprendizaje
sistemático de las técnicas básicas, lo cual requiere más profundidad, y por
tanto, más tiempo. Una sesión larga semanal es lo aconsejable. Las técnicas
aprendidas en estas sesiones son las que posteriormente se desarrollarán, más
brevemente, en las sesiones cortas y puntuales. Dada
la dificultad de encajar estas sesiones en nuestros apretados horarios
escolares, especialmente en las sesiones dedicadas a áreas curriculares, lo
mejor sería integrarlas en disciplinas tales como Educación Física,
Psicomotricidad, Expresión Corporal, Teatro, y otras afines. Sin embargo,
nuestra experiencia nos dice que el mejor momento para realizarlas sería
durante las tutorías. b).-
Sesión corta: Son
sesiones breves, de 5 a10 minutos como máximo, que se desarrollan a lo largo de
la jornada escolar en el mismo aula de trabajo. Pueden practicarse de dos
maneras: Ø Planificada:
Se ajustan a un horario preestablecido, que las incluye como parte
integrante de la jornada escolar. Mi experiencia me ha demostrado que hay tres
momentos indicados para realizar las prácticas: · El
comienzo de la jornada:
Es, sin duda, el mejor, pues los alumnos están descansados y, al ser mínimo su
novel de tensión, les resulta más fácil relajarse. Por este motivo,
acostumbro utilizar este momento del día para introducirlos en el aprendizaje
de nuevas técnicas, o para realizar aquellas que presenten más dificultades.
Por otra parte, los beneficios de la relajación se extienden de esta manera a
todo el resto de la jornada. · El
final de la jornada:
Al estar los alumnos más cansados y tensos, una sesión en este momento del día
es más complicada, pero, por la misma razón, aparece como más necesaria una
actividad de distensión, pues sería un contrasentido practicarlas solo cuando
el aula está descansada. En mi práctica, he comprobado que es importante que
los alumnos abandonen la clase tranquilos y centrados, pues toda la energía
desplegada durante el trabajo, toda la agresividad y tensión acumuladas pueden
ser canalizadas y reabsorbidas si desarrollamos una práctica en este momento de
finalización de las clases. · La
vuelta del recreo:
Todos los profesionales sabemos por experiencia lo descentrados que regresan los
alumnos a clase después de un recreo. Calmarlos aparece entonces como una tarea
ineludible, pues su descentramiento hace difícil que se concentren en sus
tareas hasta pasado un tiempo de adaptación. Más que cansados, se muestran
descentrados, por lo cual tampoco sería un buen momento para iniciar técnicas
complejas, sino para repasar las adquiridas.
Son aquellas sesiones que no tienen horario predeterminado, sino que se
desarrollan en aquellos momentos de
la jornada en que percibamos una fuerte tensión o un cansancio excesivo en la
clase, y creamos conveniente un parón, un cambio de ritmo y un descanso: después
de un examen, por ejemplo. En este sentido, el educador deberá estar alerta
para detectar la conveniencia de hacer un ejercicio, en vez de seguir trabajando
contracorriente, forzando a sus alumnos. Una
práctica muy positiva para estas sesiones puntuales es la técnica del “rappel”, palabra que podría traducirse por “atención”, y
que consiste en hacer un alto en el trabajo a cada hora, suspendiendo todas las
actividades y permaneciendo dos o tres minutos en silencio, intentando
conectarnos con nuestro interior, mirando hacia adentro de nosotros, para no
olvidarnos de que, aunque el trabajo sea importante, lo esencial es no perder de
vista nuestra identidad, nuestra conciencia de que nuestra esencia está por
encima de nuestras ocupaciones y de que éstas no deberían ofuscarnos ni
dispersarnos, haciéndonos perder de vista de que el verdadero centro está
dentro de nosotros, y desde ahí debemos actuar. En
muchos centros educativos de antaño se solía rezar antes de cada clase, y
seguramente muchos de nosotros lo hemos hecho. No estoy proponiendo que se
vuelva a esta práctica, pero hacer una “llamada interior” antes de comenzar
la jornada, guardando todos un poco de silencio para conectarnos y definir
nuestra intención en el día que comienza es una técnica que, por experiencia,
demuestra buenos resultados. El educador debería aprovechar este “rappel”
para conectarse positivamente con
la clase, creando mentalmente una intención de armonizarse con sus alumnos en
un ambiente de serenidad y trabajo. Esta “empatía” que conecta al educador
consigo mismo y con sus alumnos he comprobado que funciona de manera positiva,
como comprobará cualquiera que la ponga en práctica. Si se proyecta específicamente
esta energía positiva sobre los alumnos conflictivos o de bajo rendimiento, no
tardarán en verse avances significativos. 2.-
LOS EJERCICIOS Las técnicas
están agrupadas en dos apartados fundamentales: la
relajación física, y la relajación mental. Partiendo de esta división,
enunciaremos a continuación los principios metodológicos más importantes que
habrá que tener en cuenta en nuestra práctica. —En
una sesión de 10 minutos, se dedicarán 5 minutos a un ejercicio de relajación
física, pasando después a una técnica del nivel mental durante los 5 minutos
restantes. —Cada
ejercicio deberá repetirse varias veces, para permitir su correcta asimilación,
invirtiendo progresivamente menos tiempo en su práctica, hasta ser capaces de
ejecutarlo correctamente en el mínimo tiempo posible. —Finalizada
la práctica es conveniente que, durante unos minutos, los alumnos expongan las
vivencias que han experimentado con el ejercicio, ya que esta puesta en común
nos permitirá comprobar si se van consiguiendo los objetivos propuestos. —Para aquellos alumnos con especiales dificultades para relajarse —los hay que son incapaces de cerrar los ojos, por miedo a abandonarse— el respeto es la norma a tener en cuenta. No hay que forzarles en absoluto. —Durante
la sesión, el educador deberá estar muy atento al estado de sus alumnos, lo
cual supone una tarea de observación: fijándonos en sus rostros, en sus
posturas, en sus movimientos, en la vibración colectiva, es posible evaluar si
la técnica está dando sus frutos y, de paso, sabremos que alumnos tienen
problemas con este tipo de actividades, lo cual nos dará una orientación
importante para entender su conducta y su trabajo en el aula. —El
profesor que dirija una experiencia de relajación debe
estar relajado, lo que equivale a decir que debe haber practicado las técnicas
por sí mismo, y no sólo para acceder al aula en el mejor estado posible de
tranquilidad, sino también para familiarizarse con los pormenores de los
ejercicios, detectando sus efectos, y para prever los puntos difíciles.
Dentro ya de una sesión práctica de relajación, el educador tiene una
única función: guiar el ejercicio con su palabra, describiendo detalladamente
todos los pasos de la técnica que se está empleando. ¿Como hacerlo?
Supongamos que estamos practicando una técnica de visualización de objetos, y
que hemos elegido el ejercicio “visualizar un árbol”. El discurso hablado
que emplearíamos para guiar a los alumnos se desarrollaría más o menos así:
“Ahora estoy viendo un árbol...
Es un pino, un pino muy alto... Empiezo a verlo por abajo... veo hierba muy
verde a sus pies, con margaritas y flores de color violeta... Observo ahora el
tronco, de color marrón oscuro, con manchas más claras... El tronco está
cubierto de musgo en algunas partes... Es un tronco grueso y muy largo...”
De esta práctica, que hemos traído aquí como ejemplo-tipo de
todos los ejercicios de esta experiencia, podemos extraer unas conclusiones
sobre las condiciones en que debemos realizar ese discurso hablado para
conseguir los resultados apetecidos:
1.- El tono de
voz, que debe
ser monótono, cadencioso, suave, sin inflexiones, manteniéndose siempre en el
mismo nivel bajo de emisión. La repetición del mismo ritmo tonal es lo que
relaja.
2.- Hablar en primera
persona: Se trata de que el educador sustituya el dialogo interno de sus
alumnos, proponiéndoles con sus palabras un diálogo interno común para todos
que, al desarrollarse sin ningún esfuerzo por su parte, llevará al
aquietamiento mental.
3.- Usar imágenes
sensoriales: la relajación consiste, básicamente, en conectarnos con el
momento presente, sumergirnos en el “aquí y el ahora”, y para ello el único
camino es tomar conciencia de nuestras sensaciones corporales, pues nuestras
funciones sensoriales son justamente las encargadas de conectarnos con el mundo
que nos rodea, con el momento presente, y lo que es válido para el mundo real y
concreto, lo es igualmente en el mundo imaginario que se visualiza en los
ejercicios. Así pues, incluyamos la mayor cantidad posible de detalles
sensoriales en nuestro discurso: la brisa que mueve mi cabello, el calor del sol
en mi piel, el canto del jilguero que escucho en la rama de un pino, las nubes
blancas y esponjosas que se mueven lentamente por el cielo azul, el sonido de
mis pisadas al hacer crujir las hojas secas del camino de tierra, las campanadas
que resuenan en el valle, el olor maravilloso de un limonero...
4.- La necesidad de ser creativos: Por ejemplo, si partimos de la
técnica de visualizar un objeto de forma guiada (“El árbol”) bastará con
aplicar esa misma técnica a cualquier otro objeto para tener otro ejercicio
distinto, fijándonos en el propuesto como patrón, e innovando a su vez una
forma distinta de exposición, siempre que respete las recomendaciones que hemos
esbozado en este capítulo sobre la metodología. De hacerlo así, no tardaremos
en comprobar cómo seremos capaces de introducir variantes durante el mismo
transcurso de las sesiones. Realmente, gran parte de las técnicas que
recomiendo en estas páginas han surgido sobre la marcha, inventadas en mi
experiencia en el aula. 3.- MODELO
PRÁCTICO DE SESIÓN
El desarrollo de nuestras sesiones de relajación se ajustan en la
mayoría de los casos a un único modelo, con excepción de aquellas técnicas
que contienen variantes especiales (las que basan en la proyección de
diapositivas, por ejemplo). Teniendo en cuenta los principios metodológicos
expuestos anteriormente, pasamos a desarrollar a continuación una sesión-tipo,
que nos dará el molde para la realización de nuestras sesiones prácticas.
A tales efectos, elegiremos el modelo de una sesión corta, que
dura 10 minutos, por ser la más aplicable en el aula. Las fases del ejercicio
serían las siguientes:
—entrada: Es una
introducción al ejercicio, basada en una toma de conciencia rápida y algún
ejercicio respiratorio:
“Estoy sentado en una postura cómoda... Mis ojos están
cerrados... Tomo conciencia de la postura de mi cuerpo, intentando verme desde
fuera... Veo mis pies, mis piernas... la derecha... la izquierda... paso a mi
vientre, mi pecho... mi brazo derecho, el izquierdo... mi cabeza...
Ahora voy a respirar lenta y profundamente... Cada vez que echo el
aire, cuento un número, descendiendo desde el 10 hasta el 1... (tres veces).
—Relajación
física:
Seleccionamos una técnica del capítulo correspondiente a la relajación en el
nivel físico. Por ejemplo, la toma de conciencia de los latidos del corazón.
—La relajación
mental:
Ahora, elegimos un ejercicio para relajar la mente. Por ejemplo, una técnica
de visualización guiada de objetos, “El árbol”.
—Salida:
Transcurridos 10 minutos desde el inicio de la sesión, efectuaremos la salida,
de esta forma:
“Ahora, voy a contar de
uno a tres, y, cuando diga “tres”, abriré los ojos, y me sentiré relajado,
tranquilo, contento, mucho mejor que antes... “Uno”... me veo en la postura
que tengo ahora, notando mi cuerpo más y más pesado, más y más relajado...
me hundo más y más en mi silla... (se deja transcurrir medio minuto)...
“Dos” vuelvo a la clase, me doy cuenta de ella, de mi mesa, de mis compañeros,
de la posición que ocupo en el aula... Mi cuerpo está más y más blando, más
y más flojo... (medio minuto) ... y ¡tres!... abro los ojos... estoy en un
perfecto estado de paz, de tranquilidad, de descanso...”. 4.- RECURSOS MATERIALES A).-MÚSICA
La
música es un valioso instrumento que facilita la relajación en todo el sistema
psicofísico, al actuar en niveles profundos de la conciencia. A tal fin,
conviene utilizar en las sesiones una música adecuada que favorezca la quietud,
induciendo a estados mentales positivos.
La mejor música para producir tales efectos sería la denominada
"new age", de fácil disponibilidad en el mercado. Mención especial
cabe hacer de la gran utilidad para nuestro trabajo de disponer de cintas de
casette con efectos especiales, muy útiles para los ejercicios con sonidos. B).- DIAPOSITIVAS
La
proyección de diapositivas es una herramienta eficaz para nuestras sesiones,
sobre todo para potenciar la relajación mental, basada en técnicas de
observación y visualización a la que se prestan mucho las imágenes
proyectadas. Sería recomendable que estas imágenes fueran sugerentes por su
efecto pacificador (paisajes naturales, por ejemplo) C).- AMBIENTE FÍSICO: La
mayor parte de nuestras sesiones de relajación están diseñadas para ser
practicadas en el mismo aula. Solamente aquellas técnicas que requieran una
posición tendida para mejorar su eficacia aconsejarían su desarrollo en un
lugar más espacioso y con suelo “especial”: el gimnasio, sobre todo.
Incluso hay algunos ejercicios que, por sus características, habría que
experimentarlos en un lugar natural: el jardín, de haberlo, o un paraje
cercano. Dado
que el aula será el escenario habitual y preponderante, deberemos cuidar que reúna
unas condiciones de comodidad que hagan de la
clase un lugar acogedor y armónico, pues la relajación psicofísica
precisa, como punto de partida, una armonización con el entorno, y esto se hace
difícil en un aula inhóspito, desordenado y descuidado, donde la disarmonía
de sus elementos y objetos creará malestar, tensión y desajuste en los
alumnos, dificultando nuestra tarea. El
aspecto estético del aula es un factor demasiado descuidado en nuestros centros
educativos, caracterizados por una arquitectura deshumanizada, pasillos
cuadriculados, paredes vacías, mobiliarios incómodos, ausencia de plantas...
Estas son las cosas que hemos de evitar, si no queremos añadir más tensión e
incomodidad a nuestro trabajo escolar. Por el contrario, con unos cuantos detalles sabiamente
dispuestos podremos convertir el espacio físico en un entorno agradable y armónico:
una decoración con imágenes sugerentes, la colocación de plantas, la limpieza
esmerada, el disponer de unas cortinas (el color verde manzana es relajante, y
el naranja estimula la actividad), etc. Todos
estos elementos ayudarían a conformar un decorado para nuestro trabajo, que
“maximizaría” los esfuerzos a realizar. Así como un aula deshumanizada y
disarmónica es el reflejo fiel de una práctica escolar de la misma naturaleza,
a medida que nos vayamos abriendo a dimensiones internas irá cambiando nuestra
visión del entorno, y se tenderá a que éste refleje externamente la armonía
que experimentamos interiormente. 5.- BIBLIOGRAFÍA APROXIMADA
En primer lugar, recomendamos dos obras en las que se explica la
necesidad de orientar la educación hacia el desarrollo de la dimensión interna
de la persona: - KRISHNAMURTI,
J.: La educación y el sentido de
la vida, De. Orión, México, 1.972. - BAILEY, Alice: La educación en la nueva era, Ed. Kier, Buenos Aires, 1.974.
Para Estudiar los efectos del “stress” en el aula, véase: - La
fatiga escolar, Centro de Medicina Preventiva y Social de “La Caixa” de
Barcelona, II Jornadas de Pediatría Social, Barcelona, 1.982.
Para el capítulo sobre La Relajación física: - GONZÁLEZ, J. F.: Procedimientos de relajación, Ed. EOS, Madrid, 1.992. (Aplicación
en el aula de los métodos analíticos y global, con casette). - CAUTELA, J. R. y GRODEN, J.: Técnicas de
relajación: Manual práctico para adultos, niños y educación especial, De.
Martínez Roca, Barcelona, 1.985. (Técnicas del método analítico
de Jakobson, aplicadas con intencionalidad terapéutica, sobre todo en la
Educación Especial). - CHERRY, Clare: Cómo mantener a los niños tranquilos, de. CEAC, Colección Educación
y enseñanza. - AA.VV.: Técnicas
de autocontrol emocional, Ed. Martínez Roca, Barcelona, 1.990. (Libro básico, que presenta
una amplia variedad de técnicas para combatir el Stress. Trata el método analítico,
el global, y presenta técnicas de control mental y meditación que pueden
aplicarse en el aula. Numerosos test y ejercicios prácticos de autoobservación). - DURAND DE BOUSINGER, R.: La relajación, ed. Paidotribo, Barcelona, 1.986 (Métodos analítico
y global, con enfoque clínico, pues las técnicas se presentan orientadas a la
curación de enfermedades). - HERRERO, Eugenio: Curso de entrenamiento en la relajación creativa, ed. Edaf, Madrid
(con casette). ( Método global, enfocado
hacia técnicas de control mental y terapia cognitiva. Muy recomendable por su
sencillez y claridad).
Para el capítulo sobre “La relajación mental), la bibliografía
es muy abundante, sobre todo en lo referente a la “visualización creativa”,
materia de las colecciones de “Superación y autoayuda” tan de moda
actualmente. La mínima selección que ofrecemos presenta obras que, por su
sencillez y claridad, proponen ejercicios de fácil aplicación en el aula: - STEVENS,
J.: El darse cuenta, ed.Cuatro
Vientos, Chile, 1.988. (Técnicas de la terapia “guestalt”,
de las que podemos utilizar en el aula gran parte de las que trabajan con la
fantasía, y muchas otras referidas a la observación y darse cuenta de
sensaciones, percepciones y sentimientos). - Relajación controlada, Percepción Efectiva
Sensorial Aplicada, Mejoramiento personal, José
Silva, Mind Control. (El más famoso método de
“Control mental” es, sin duda el “Método Silva”. Cuenta con una
abundante bibliografía. Numerosos ejercicios de curación basados en la
visualización. - DE MELLO, Anthony: El manantial, ed. Sígueme,
(Aunque son generalmente presentados como prácticas de oración,
la obra contiene multitud de ejercicios basados en la imaginación y la fantasía
que pueden ser fácilmente adaptados para nuestros alumnos. Libro básico). - DE MELLO, Anthony: Sadhana, ed. Sígueme. (Parecido al anterior, pero
con algo de teoría. Muy útil para la relajación perceptivo-sensorial y para
ejercicios con fantasías simbólicas). - GAWAIN, Shakti: Visualización creativa, ed. Acervo, Barcelona, 1.984. (Manual básico y sencillo
sobre “Control mental”, muy útil para el aula). - HAY, Lousie: Usted
puede sanar su vida, ed. Urano, Barcelona, 1.993. ( “Best seller” sobre el
tema del “control mental”, sencillo y asequible. Expone los principios básicos
de la “salud mental”). |